23 de noviembre de 2011

Las cosas buenas no deberían cambiar nunca, maldita sea.

En mis años de vida he vivido muchas cosas buenas. Sí, afortunadamente he sido muy feliz, he tenido una familia maravillosa, unos amigos fieles, una educación de la que me puedo sentir orgullosa. También he cumplido algún que otro sueño. He vivido momentos inolvidables e irrepetibles. "Mamá, te aseguro que en este momento soy la persona más feliz de este mundo", he dicho alguna vez. He sentido emoción. Me he sentido muy querida.
Pero de repente y sin esperarlo algo se rompió. Algo que es difícil de reparar.
Y duele, duele mucho. Dicen que no hay nada más triste que un recuerdo feliz. A veces pienso que mi vida era demasiado perfecta. Éramos demasiado felices.
Las cosas buenas no deberían cambiar nunca, maldita sea.

2 comentarios:

  1. En verdad la vida se llena de cosas tan buenas y recordarlas da una sonrisa enorme.. es un placer leerte :) gracias por pasarte cariño

    ResponderEliminar
  2. Es verdad, las cosas buenas no deberían cambiar nunca.
    Gracias por pasarte, besos :)

    ResponderEliminar