19 de julio de 2012

Te echaba de menos...

Hace unas horas que llegué a casa. He comido y pasado la tarde con una amiga. Una de mis mejores amigas. Una de esas amigas que te conocen desde siempre (o casi siempre), que lo saben todo de ti, con las que has compartido tu infancia y adolescencia, que con sólo una mirada saben lo que estás pensando. Y puede que sin mirada, también.

Es increíble, pero hacía más de un año que no nos veíamos. Y es más increíble aún que, a pesar de la distancia y el tiempo, la confianza, el cariño, la amistad... sigan intactos.

Sentirse a gusto con alguien, como en casa. Mirar a los ojos. Y hablar. Y ponernos al día de nuestras vidas sin necesitar un móvil o un ordenador. Volver al Vips y pedir aquellas patatas que tantas veces hemos compartido. Conocer su casa nueva. Mediar con su madre. Jugar con sus hermanos. Comprar en Mercadona. Y despedirse con un "hasta pronto".

Y prometer no volver a dejar pasar tanto tiempo sin vernos.

Te echaba de menos...

16 de julio de 2012

Todo lo haría otra vez

Si algo soy hoy, es gracias a todo lo que he vivido.

Todas mis experiencias, mis vivencias, mis palabras, mis lágrimas, mis sonrisas, mis fracasos, mis aciertos, mi gente, la gente que ya no es mi gente... Todo lo que he podido ver, leer, hacer, estudiar, sentir, padecer, disfrutar...

Todo ello forma parte de mí y me ha traído, por caminos más o menos fáciles, hasta aquí. Hasta este mismo momento, hasta esta misma situación. Hasta mi habitación casi en penumbra, mi pijama y mi coleta no del todo bien hecha.

Pero no me arrepiento de nada. Ni de lo bueno, ni de lo malo, ni de lo provocado, ni de las casualidades, ni de lo querido, ni de lo aborrecido.

Al fin y al cabo: lo que no te mata, te hace más fuerte.

Todo lo haría otra vez, para volverte (y para volveros) a conocer.


Creer que querer es poder, creer que se puede creer.

12 de mayo de 2012

26 soles


Un dato sobre mi vida: estudio Magisterio de Primaria. Y el miércoles fue mi último (por este año) día de Prácticas.

Los niños son algo tan especial para mí... Por eso mis 26 soles se merecían un post. Me resulta imposible traducir a palabras la situación, pero aquí está mi último día de Prácticas:
 
Al ser el último día, mi tutora me dejó la última media hora para mí. Para despedirme.

Empecé diciendo que había una sorpresa: buena y mala a la vez. Era mi último día (“¡No! ¿No puede ser! ¡Es imposible! ¡No te vayas! ¿No puedes venir más días?”) pero les había traído dos regalitos.

El primero: un cuento. “El cuento del fin de los cuentos”, sin duda, un título sugerente y que suscitó algún que otro comentario. Cada uno (incluidas la tutora y yo) leímos una frase y terminaron con un aplauso. Les gustó. Y a mí me gustó que les gustara. Fue un momento muy especial, muy acogedor.

Después vino el regalo “de verdad”. Les regalé a cada uno un pompón de lana hecho por mis amigas y por mí que podía servir de llavero, de coletero, para colgarlo en la mochila, de pulsera para el peluche… Cada uno le daba su utilidad.

Terminamos con una foto que ahora ocupa el fondo de pantalla de mi portátil y con un abrazo común que no olvidaré nunca. Incluso una niña se puso a llorar. “Esto es lo mejor de esta profesión, que lloren por ti”, me dijo la tutora. Sabias palabras.

Después hubo un intercambio de e-mails (¡niños de 4º de Primaria con e-mail! ¿a dónde vamos a llegar?) que ha dado lugar a que me lleguen correos con dibujos y con frases como estas:

- "No se si sabes que yo soy del atleti entonces ayer fui a Sol en tren y pase por tu universidad. Me acorde mucho de tí. "

- "Todo 4º A (incluida Charo y Chispa, Marty y Chuqui aunque este muerto seguro que te echa de menos)" (Aclaración: Chispa, Marty y Chuqui son los peces de la clase y Chuqui se murió).

- "¡Seguro que Ale echa de menos tu olor a vainilla pastelillo de crema!"

Sin duda, trabajar con niños es el mejor trabajo del mundo. Con una simple sonrisa, una palabra, un gesto, un abrazo... pueden convertir un día gris en soleado.

Han sido pocos días, pero he disfrutado mucho con estos niños y, de alguna forma, siempre los recordaré como “mis primeros niños”. Y acabo ya que me pongo muy ñoña.
GRACIAS.

8 de mayo de 2012

El peor día de toda mi vida

Hoy hace un año. Hace un año de un día gris. Del día en que el teléfono estuvo descolgado. Del día que quisimos desaparecer. Sólo tú y yo, sin dar explicaciones. Lo necesitábamos. Lágrimas. Dolor.

¿Cómo te despides de la persona más importante de tu vida? ¿Cuál es la última palabra que le dices? Te quiero. ¿Cuál es el último gesto? ¿La última sonrisa? ¿Cómo aguantar el tipo?

Nunca se me olvidará aquel día, aquellas palabras, aquella habitación gris, aquellos escasos diez minutos que parecieron horas, aquel beso enjugado en lágrimas.

Sin duda, fue el peor día de toda mi vida.

No escribo más. Hoy no. No tengo ganas.

A ti, que me has encontrado


Últimamente siento que, gracias a determinadas señoritas, mi anonimato blogueril se puede estar viendo afectado.

A ti, que me conoces y estás leyendo esto, pido que leas también mi primer post y que respetes lo que en él escribí.

A ti, que no me conoces y también estás leyendo esto, dame una alegría y escríbeme un comentario.

6 de mayo de 2012

Ella

Ella me trajo al mundo.
Ella es mi apoyo, mi guía, el lugar donde cobijarme.
Ella es mi sonrisa.
Ella... es mi madre.
Te quiero mamá.


Go to the ends of the Earth for you...

5 de mayo de 2012

Entre tantos y tantos libros en los que ando absorta gracias a la universidad, hoy he encontrado esto:


Poco queda por decir. Es maravilloso.

6 de abril de 2012

Si este fuera un año normal...

Estaría durmiendo en aquella habitación fría del pueblo a pesar del ruido de la gente en la calle. Estaría agotada de las excursiones (que, en mi caso, bien podrían llamarse torturas) que prepara mi tío, de ver procesiones, de visitar familiares, de comer dulces allá donde fuera...

Sin embargo, aquí estoy. Despierta en mi habitación mientras todos duermen, dándole vueltas a todo y a nada a la vez, queriendo dormir y despertar en aquella fría y pueblerina habitación.

12 de febrero de 2012

Hoy es tu cumpleaños

Y es la primera vez que no puedo darte un abrazo, ni un beso, ni decirte una palabra, ni compartir una sonrisa...

Puede que ni siquiera sepas qué día es hoy. ¿Qué importa un cumpleaños más cuando lo único que necesitas es llegar a poder celebrar el siguiente?

Tenemos el mejor regalo: el cariño y el apoyo de todos los que nos quieren. Gracias. Pero ojalá tu regalo fuera una simple colonia o el nuevo libro de tu escritor favorito.

Hoy me siento rara, triste, melancólica. Nostálgica. Hoy te echo de menos una vez más.

Feliz cumpleaños mamá.