13 de abril de 2013

Esos locos que enseñan...

Esos locos que enseñan... Yo los conozco, los he visto muchas veces. Son raros.
Algunos salen temprano por la mañana y están en el cole una hora antes. Otros salen del cole una hora más tarde porque tienen entrevistas con los padres que trabajan y no pueden acudir a otra hora. Otros recorren todos los días más de 100Km. Están locos.
En verano les dan vacaciones, pero no desconectan del todo. Piensan en sus clases, preparan tareas para el curso siguiente... En invierno hablan mucho y siempre llevan caramelos de miel y limón en los bolsillos y otros una botella de agua a su lado. Su garganta siempre está dolorida, pero siguen enseñando. A veces fuerzan su voz, pero siguen transmitiendo sus conocimientos con cariño e ilusión. Yo los he visto, no están bien de la cabeza.
Salen de excursión con sus alumnos y se encargan de gestionar autorizaciones, recoger dinero y asumen una responsabilidad extra. Qué será de ellos y ellas.
Por la noche sueñan con el colegio, se les aparecen planetas, ecosistemas y personajes históricos. He escuchado que llegan cargados con cuadernillos y exámenes que han corregido la tarde anterior en su casa. Son mujeres y hombres casados, solteros... y de diferentes edades, pero a todos les apasiona su trabajo. Les gusta ver crecer a sus alumnos, ayudarlos y conseguir de ellos que sean ciudadanos competentes. Los he visto muchas veces. Están mal de la cabeza.
Algunos dicen de ellos que viven muy bien, pero les han recortado el sueldo y siguen trabajando incluso más que antes. Algunos no miran ni su nómina, porque su pasión por la enseñanza los hace ciegos a pensar en el dinero. Disfrutan con lo que hacen, aunque haya padres que no los valoren, les critiquen e incluso les quiten autoridad. Pero ellos siguen hacia adelante. Están locos.
Por las tardes quedan para hacer cursos de formación y no les importa perder tiempo de su ocio para reciclarse. Dicen que son autocríticos y que hacen balance de sus experiencias educativas, que se frustran cuando no salen las cosas como esperaban y que se alegran cuando sus alumnos avanzan. Yo los he visto, están mal de la cabeza.
Dicen de algunos que fueron muy importantes, que siempre tienen palabras de aliento. Ellos dicen sólo que son MAESTROS y que se sienten MUY ORGULLOSOS DE SERLO.

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